En Japón, el éxito no es fruto de una chispa momentánea de
inspiración, sino del trabajo sistemático, la observación atenta y la mejora
continua. Una frase que captura esta mentalidad es:
“Primero ubica al mejor, después imítalo, luego iguálalo y, por último,
supéralo”.
Aunque no figura formalmente dentro de las metodologías
clásicas como Kaizen o Lean Manufacturing, esta secuencia ha sido
aplicada en silencio por miles de empresas japonesas desde la posguerra y, más
recientemente, por emprendedores y líderes en todo el mundo que buscan resultados
reales y sostenibles.
Este principio no es solo una idea inspiradora. Es una estrategia
concreta para crecer en cualquier ámbito: negocios, liderazgo, desarrollo
personal, deportes o emprendimiento. Su fuerza está en su lógica: antes de
innovar, primero aprende de quien ya lo hace bien.
¿Qué significa realmente este principio?
- Ubica
al mejor
El primer paso requiere humildad y visión estratégica. Se trata de identificar a los referentes: personas, empresas o marcas que lideran tu industria, nicho o especialidad.
Ejemplo: Si tienes una cafetería, observa qué hacen
las grandes cadenas como Starbucks, pero también las cafeterías locales que
siempre tienen clientes. ¿Qué hacen diferentes? ¿Cómo manejan el servicio, el
ambiente, el menú?
- Imítalo
(con intención)
No se trata de copiar ciegamente, sino de replicar las buenas prácticas con inteligencia. Esto incluye procesos, estándares de calidad, formas de comunicación, modelo de atención o marketing.
Ejemplo: Un coach de ventas puede tomar como
referencia los métodos de Grant Cardone o Brian Tracy y aplicar sus técnicas en
el contexto local, adaptándolas al mercado mexicano.
- Iguálalo
Aquí comienza el reto. No basta con hacer “algo parecido”, sino con alcanzar el mismo nivel de calidad, eficiencia o impacto. Eso requiere prueba, error, constancia y seguimiento de indicadores.
Ejemplo: Un taller mecánico que toma como modelo a
una agencia automotriz reconocida debe asegurarse de igualar tiempos de
entrega, atención al cliente, uso de refacciones originales y limpieza en el
servicio.
- Supéralo
Este es el paso que distingue a los líderes: mejorar el modelo existente. Aportar valor adicional, innovar, diferenciarse. Esto solo es posible cuando se domina primero lo que ya funciona.
Ejemplo: Una empresa de paneles solares puede superar
a sus competidores no solo ofreciendo los mismos equipos, sino dando
mantenimiento preventivo gratuito por un año, instalando en tiempo récord o
creando una aplicación de monitoreo propia.
¿Cómo implementar este principio en tu empresa o equipo?
Aquí tienes 5 prácticas recomendadas para aplicar
esta filosofía en tu entorno:
1. Realiza un benchmarking mensual
Haz un análisis estructurado de los líderes de tu sector:
productos, precios, servicio, comunicación, imagen.
Herramienta útil: Cuadro comparativo con fortalezas y
debilidades.
2. Capacita a tu equipo en la observación estratégica
Enséñales a “ver con intención”, a observar procesos de
otros negocios o áreas sin prejuicios, con la mente abierta a aprender.
Ejercicio práctico: Visita con tu equipo a tres
negocios líderes y anota 5 prácticas que podrían replicar.
3. Establece metas de equivalencia
Define indicadores que muestren cuándo estás “a la altura”
de tus referentes. Esto puede incluir ventas, calidad de atención, satisfacción
del cliente o posicionamiento digital.
Ejemplo concreto: si tu competidor tiene 1.000
reseñas positivas en Google, tu meta puede ser alcanzar 500 en 3 meses.
4. Fomentar la cultura de mejora constante
Crea un ambiente donde se valore la mejora diaria, sin miedo
al error. Reconoce a quienes aportan ideas para innovar y superar lo ya
existente.
Idea aplicable: Un "reto de innovación
mensual", donde cada área propone una mejora operativa.
5. Documenta, mejora e innova
Una vez que igualas al mejor, crea una versión mejorada y
compártela con tu equipo. Haz de esto una metodología propia.
Resultado esperado: Tu empresa deja de buscar modelos
externos y comienza a ser el referente.
En Resumen:
Este principio japonés, aunque sencillo, encierra una
sabiduría profunda: la excelencia no se improvisa, se construye con base en
modelos que ya funcionan. En un entorno empresarial tan cambiante como el
de hoy, adoptar esta estrategia es una forma de ahorrar tiempo, reducir
errores y generar resultados medibles a corto y mediano plazo.
La próxima vez que te preguntes por dónde empezar un nuevo
proyecto, recuerda:
Primero ubica al mejor. Después imítalo. Luego iguálalo. Y finalmente,
supéralo.
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