El camino japonés para alcanzar la excelencia: aprende del mejor, luego supéralo

 


Por: Pablo Corona

En Japón, el éxito no es fruto de una chispa momentánea de inspiración, sino del trabajo sistemático, la observación atenta y la mejora continua. Una frase que captura esta mentalidad es:
“Primero ubica al mejor, después imítalo, luego iguálalo y, por último, supéralo”.

Aunque no figura formalmente dentro de las metodologías clásicas como Kaizen o Lean Manufacturing, esta secuencia ha sido aplicada en silencio por miles de empresas japonesas desde la posguerra y, más recientemente, por emprendedores y líderes en todo el mundo que buscan resultados reales y sostenibles.

Este principio no es solo una idea inspiradora. Es una estrategia concreta para crecer en cualquier ámbito: negocios, liderazgo, desarrollo personal, deportes o emprendimiento. Su fuerza está en su lógica: antes de innovar, primero aprende de quien ya lo hace bien.

¿Qué significa realmente este principio?

  1. Ubica al mejor
    El primer paso requiere humildad y visión estratégica. Se trata de identificar a los referentes: personas, empresas o marcas que lideran tu industria, nicho o especialidad.

Ejemplo: Si tienes una cafetería, observa qué hacen las grandes cadenas como Starbucks, pero también las cafeterías locales que siempre tienen clientes. ¿Qué hacen diferentes? ¿Cómo manejan el servicio, el ambiente, el menú?

  1. Imítalo (con intención)
    No se trata de copiar ciegamente, sino de replicar las buenas prácticas con inteligencia. Esto incluye procesos, estándares de calidad, formas de comunicación, modelo de atención o marketing.

Ejemplo: Un coach de ventas puede tomar como referencia los métodos de Grant Cardone o Brian Tracy y aplicar sus técnicas en el contexto local, adaptándolas al mercado mexicano.

  1. Iguálalo
    Aquí comienza el reto. No basta con hacer “algo parecido”, sino con alcanzar el mismo nivel de calidad, eficiencia o impacto. Eso requiere prueba, error, constancia y seguimiento de indicadores.

Ejemplo: Un taller mecánico que toma como modelo a una agencia automotriz reconocida debe asegurarse de igualar tiempos de entrega, atención al cliente, uso de refacciones originales y limpieza en el servicio.

  1. Supéralo
    Este es el paso que distingue a los líderes: mejorar el modelo existente. Aportar valor adicional, innovar, diferenciarse. Esto solo es posible cuando se domina primero lo que ya funciona.

Ejemplo: Una empresa de paneles solares puede superar a sus competidores no solo ofreciendo los mismos equipos, sino dando mantenimiento preventivo gratuito por un año, instalando en tiempo récord o creando una aplicación de monitoreo propia.

¿Cómo implementar este principio en tu empresa o equipo?

Aquí tienes 5 prácticas recomendadas para aplicar esta filosofía en tu entorno:

1. Realiza un benchmarking mensual

Haz un análisis estructurado de los líderes de tu sector: productos, precios, servicio, comunicación, imagen.

Herramienta útil: Cuadro comparativo con fortalezas y debilidades.

2. Capacita a tu equipo en la observación estratégica

Enséñales a “ver con intención”, a observar procesos de otros negocios o áreas sin prejuicios, con la mente abierta a aprender.

Ejercicio práctico: Visita con tu equipo a tres negocios líderes y anota 5 prácticas que podrían replicar.

3. Establece metas de equivalencia

Define indicadores que muestren cuándo estás “a la altura” de tus referentes. Esto puede incluir ventas, calidad de atención, satisfacción del cliente o posicionamiento digital.

Ejemplo concreto: si tu competidor tiene 1.000 reseñas positivas en Google, tu meta puede ser alcanzar 500 en 3 meses.

4. Fomentar la cultura de mejora constante

Crea un ambiente donde se valore la mejora diaria, sin miedo al error. Reconoce a quienes aportan ideas para innovar y superar lo ya existente.

Idea aplicable: Un "reto de innovación mensual", donde cada área propone una mejora operativa.

5. Documenta, mejora e innova

Una vez que igualas al mejor, crea una versión mejorada y compártela con tu equipo. Haz de esto una metodología propia.

Resultado esperado: Tu empresa deja de buscar modelos externos y comienza a ser el referente.

En Resumen:

Este principio japonés, aunque sencillo, encierra una sabiduría profunda: la excelencia no se improvisa, se construye con base en modelos que ya funcionan. En un entorno empresarial tan cambiante como el de hoy, adoptar esta estrategia es una forma de ahorrar tiempo, reducir errores y generar resultados medibles a corto y mediano plazo.

La próxima vez que te preguntes por dónde empezar un nuevo proyecto, recuerda:
Primero ubica al mejor. Después imítalo. Luego iguálalo. Y finalmente, supéralo.

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