En el entorno empresarial actual, es frecuente encontrar
ejecutivos altamente capacitados que, motivados por su compromiso y
profesionalismo, ponen a disposición de la empresa todos sus conocimientos y
habilidades con la esperanza de ser retribuidos con mejores condiciones
laborales, salariales o de prestaciones. Sin embargo, no siempre sucede así.
Muchos dueños de negocios consideran que, al ofrecer un salario, todo lo demás
es una obligación implícita del ejecutivo, ignorando la importancia de la
reciprocidad y, en ocasiones, percibiendo al profesional como alguien que
"no sabe negociar".
Este artículo busca servir como una guía práctica para aquellos ejecutivos que dan todo sin recibir lo que consideran justo a cambio, ofreciendo estrategias para equilibrar la balanza y proteger su valor profesional.
El Desafío de Ser un Ejecutivo Multidisciplinario
Ser un ejecutivo que domina múltiples áreas es una ventaja
competitiva que cualquier empresa debería valorar. No obstante, la realidad es
que muchos dueños de negocios asumen que dicho valor debe estar incluido en el
salario base, sin reconocer que el conocimiento adicional merece una
retribución proporcional. Esta falta de reconocimiento no solo desmotiva, sino
que también frena el desarrollo profesional de quien lo sufre.
¿Por Qué Ocurre Esto?
Percepción Errónea de Obligación: Los empresarios suelen
pensar que todo lo que un ejecutivo sabe y ofrece forma parte de su
"paquete" laboral, sin considerar que el conocimiento extra aporta un
valor adicional que merece ser reconocido.
Falta de Cultura de Reciprocidad: La ausencia de una cultura empresarial que promueva el reconocimiento mutuo lleva a que las contribuciones adicionales pasen desapercibidas o sean minimizadas.
Desconocimiento en Técnicas de Negociación: Algunos ejecutivos no establecen límites claros o no negocian adecuadamente el valor de su conocimiento, lo que lleva a que su generosidad sea vista como un estándar, no como un plus.
¿Qué Debe Hacer un Ejecutivo en Esta Situación?
1. Valora tu Conocimiento y Ponle un Precio
Antes de ofrecer tu experiencia en múltiples áreas, evalúa
su valor real. Pregúntate:
¿Cuánto tiempo y esfuerzo me costó adquirir este conocimiento?
¿Cuánto valor aporta a la empresa?
Establece un "precio" mental para ese conocimiento
adicional. Saber cuánto vale lo que ofreces te dará una base sólida al
negociar.
2. Establece Límites Claros
No todo debe ser ofrecido de manera gratuita. Define qué
entra dentro de tus responsabilidades actuales y qué se considera un extra. Si
te piden algo fuera de tu rol, hazlo saber y establece las condiciones para
hacerlo.
3. Aprende a Decir "No"
Ser profesional no significa decir "sí" a todo. Un
"no" bien argumentado puede ayudarte a marcar límites sin afectar tu
imagen. Por ejemplo:
“Me encantaría apoyar con ese proyecto, pero debido a mis responsabilidades actuales, necesitaría revisar las condiciones para asegurar que sea viable.”
4. Negocia Constantemente
La negociación no ocurre solo al firmar un contrato. Cada
vez que asumes nuevas responsabilidades, busca renegociar tus condiciones. Usa
el valor que aportas como argumento principal.
5. Documenta tu Contribución
Lleva un registro de todo lo que aportas más allá de tu rol.
Presentar un historial claro de tus contribuciones adicionales facilita
demostrar tu valor al negociar un aumento o mejores condiciones.
6. Busca Entornos que Valoren tu Talento
Si a pesar de tus esfuerzos, la empresa no valora lo que
ofreces, considera buscar un entorno donde tu conocimiento sea reconocido y
retribuido adecuadamente. No tengas miedo al cambio si este representa un
crecimiento.
¿Seguir Dando Más de lo que Corresponde?
La respuesta corta es: sí, pero con límites claros. Ofrecer
más de lo que se espera puede ser una estrategia poderosa para destacar, pero
solo si es manejada adecuadamente. Dar sin esperar nada a cambio no solo es
insostenible, sino que puede perjudicar tu bienestar profesional y personal. El
verdadero reto está en ofrecer valor mientras aseguras que dicho valor sea
reconocido y recompensado.
Consejo Final: Sé Generoso, pero no Ingenuo
Tu conocimiento es tu activo más valioso. Compártelo estratégicamente,
establece límites, y no temas exigir lo que consideras justo. Ser generoso no
significa regalar tu esfuerzo; significa invertirlo inteligentemente para que
te genere un retorno. Recuerda: un profesional que valora su propio trabajo,
inspira a otros a valorarlo también.
Este artículo no solo busca ofrecer claridad sobre una situación común, sino también equipar a los ejecutivos con herramientas prácticas para navegar un entorno donde el equilibrio entre dar y recibir es esencial para el éxito profesional.
Espero este articulo haya sido de tu interés, si te gusto compártelo.